Jóvenes santanderinos lamentan la pérdida de un Papa cercano y comprometido con ellos

El fallecimiento reciente del Papa Francisco ha dejado una huella tanto entre los cristianos como entre quienes no compartían su fe. Su cercanía y humildad lo convirtieron en una figura ampliamente admirada. El pasado 21 de abril a los 88 años, su muerte generó una fuerte conmoción a nivel mundial, y por ende, en la comunidad católica de Cantabria.
Cientos de personas se reunieron este lunes en la Catedral de Santander para asistir a la misa celebrada en memoria del Papa, que fue oficiada por el obispo Arturo Pablo Ros y estuvo marcada por la emoción y los homenajes.
La figura del pontífice ha sido muy importante para Ros, no solo por lo que representa para él, “la expresión de la catolicidad” y “el sucesor de Pedro”, sino también porque fue quien le nombró obispo. “Me siento muy agradecido por esta confianza que me dio en su momento y también por su testimonio, por su fidelidad y por sus gestos que siempre nos han interpelado y animado a seguir anunciando el Evangelio”, afirmó.
“Me siento muy agradecido por esta confianza que me dio en su momento y también por su testimonio, por su fidelidad y por sus gestos que siempre nos han interpelado y animado a seguir anunciando el Evangelio”, afirmó el obispo Arturo Pablo Ros
Elegido en 2013 como el primer Papa latinoamericano, Francisco rompió numerosos moldes dentro de la Iglesia católica. Su estilo directo, su compromiso con los pobres y su renuncia a privilegios materiales marcaron su pontificado. Vendió bienes del Vaticano, simplificó el protocolo papal y mantuvo un contacto constante con comunidades desfavorecidas y con jóvenes, lo que hizo que se ganase tanto la admiración de muchos como la crítica de sectores más conservadores.
La figura del Papa ha sido fundamental en el catolicismo, considerada por los creyentes como la del sucesor de Pedro. “Para un cristiano católico la figura del Papa no es ni sentimental ni simbólica, es esencial en la Iglesia y simboliza la catolicidad”, afirma Ros.
En Cantabria, el fallecimiento del pontífice ha tenido un gran impacto en la comunidad religiosa. “La muerte del Papa ha sido un golpe para todos los cristianos porque era muy cercano y super atento con la gente joven”, expresa Laura Ramírez, de 26 años. “Este Papa ha marcado un antes y un después en relación con la juventud», añade.
«Este Papa ha marcado un antes y un después en relación con la juventud», según Laura Ramírez, católica de 26 años
Francisco ha despertado el interés de las nuevas generaciones y “ha acercado la Iglesia a miles de personas, gracias a todo lo que ha aportado y, sobre todo, a la universalidad con la que la ha llevado a todo el mundo», comenta Ignacio Gómez.
Francisco ha destacado por la universalidad que ha otorgado a la Iglesia, llevándola a todo el mundo, según Ignacio Gómez, joven católico
Gómez destaca que el Papa ha sabido acercarse especialmente a quienes estaban más distanciados de la Iglesia, que tradicionalmente han sido los jóvenes.
«Cuando alguien joven iba al Vaticano, le escuchaba, le respondía. Tengo amigos que vivieron eso”, asegura Ramírez, quien añade que el pontífice se preocupaba mucho por las personas, entregando lo que tenía a los más necesitados, y considera que esa actitud conectó especialmente con las nuevas generaciones.
Gómez destaca que «incluso gente no creyente ha hablado bien de él. Ha sido un Papa muy humano y muy abierto. Yo creo que ha metido a muchas personas en la Iglesia sin imponer nada, solo con su forma de ser».
«Ha sido un Papa muy humano y muy abierto. Yo creo que ha metido a muchas personas en la Iglesia sin imponer nada, solo con su forma de ser», destacó Ignacio Gómez, joven católico
¿Cómo viven algunos jóvenes santanderinos su espiritualidad?
Ese espíritu cercano, abierto y humano que muchos jóvenes valoran del Papa Francisco también se refleja en nuevas formas de vivir la fe. Un claro ejemplo de ello es el movimiento Hakuna, que reúne a jóvenes creyentes que buscan una espiritualidad viva, actual y profundamente comunitaria.
Entre los cántabros que han lamentado esta pérdida se encuentran varios miembros del movimiento Hakuna en Santander, formado por universitarios. Para ellos, el pontífice ha sido fundamental no sólo como un líder espiritual, sino como un referente cercano y transformador.
Fernando Lamadrid afirma que la muerte de Francisco le ha causado “bastante angustia” y que ahora viven con incertidumbre el proceso del nuevo cónclave. “Estamos todos con ganas de tener un Papa pero a la vez con incertidumbre de quién va a ser el nuevo”. Reconoce que fue precisamente Francisco quien influyó en su entrada en Hakuna: “Yo entré en Hakuna gracias al Papa. Entré por la fe, por el cristianismo y por la unión que hay entre los jóvenes, que en esta época es muy raro vivirlo”. Destaca que “la fe se va perdiendo”, pero que con Hakuna están “volviéndola a restaurar”.
“Yo entré en Hakuna gracias al Papa. Entré por la fe, por el cristianismo y por la unión que hay entre los jóvenes, que en esta época es muy raro vivirlo”, afirma Fernando Lamadrid, integrante del grupo religioso Hakuna
En cuanto a la forma en que viven la espiritualidad, Lamadrid explica que Hakuna no es como una típica misa: “Tenemos media hora de charla y luego una hora de rezo, oramos mediante canciones. Me aporta mucha paz y tranquilidad”.
Además, asegura que esta comunidad “está atrayendo a muchos jóvenes que no eran cristianos”, que lo que buscan es “estar más cerca de Dios y unidos como en familia”, en lugar de una vivencia aislada de la fe. Muchos de ellos se han acercado al movimiento por la invitación de amigos, conocidos o a través de otros grupos religiosos, lo que muestra cómo estas experiencias personales animan a otros a unirse también.
Adrián González destaca que lo que diferencia a Hakuna de la vivencia habitual en la Iglesia es “estar con gente joven”. “Cuando vivía en un colegio mayor, el único que iba a misa era yo, y la edad media era de 60 años. No tenía ese apoyo social. Aquí somos universitarios, con experiencias similares, lo que me hace sentir más arropado», explica.
Asís Moreno considera que Hakuna representa “una nueva forma de vivir la fe con una alegría que quizás llevaba mucho tiempo sin verse” y añade que “baja la fe al mundo sin dejar de vivir ni un ápice de lo que es la vida de Cristo”.
Hakuna representa “una nueva forma de vivir la fe con una alegría que quizás llevaba mucho tiempo sin verse” , explica Asís Moreno, miembro de este agrupación religiosa
Esta manera de entender la espiritualidad también plantea una reflexión sobre cómo se acercan los jóvenes a la fe hoy en día. Respecto a si buscan algo distinto a generaciones anteriores, Alba Orduñez responde que “no es que busquen algo distinto, sino que muchas veces se piensa en la Iglesia como obligaciones: ir a misa, confesarse…”. Frente a eso, destaca el mensaje del fundador de Hakuna sobre “que todo sea verdad”. Orduñez explica que esta idea resume bien la espiritualidad que viven en el movimiento: una fe en la que todo, las relaciones, la oración y la vida diaria, se vive de forma verdadera y cercana a Dios.
González opina que la espiritualidad no ha cambiado, pero se ha adaptado. “Esto no lo había hace 50 años, pero tampoco eran las necesidades de esos tiempos”. Asís concluye que Hakuna es también una respuesta a los desafíos de la fe hoy ya que “mucha gente no sabe cómo vivir su fe en esta sociedad de tantas redes sociales… y creo que al final es una respuesta a eso que se busca”.
¿Quién sucederá a Francisco?
El fallecimiento del Papa ha reavivado preguntas clave entre la juventud y el resto de católicos como quién tomará el relevo y qué dirección adoptará la Iglesia en los próximos años. Aún no se ha anunciado oficialmente al nuevo pontífice, y el mundo permanece a la espera de la tradicional señal del humo blanco desde la Capilla Sixtina, que indicará que los cardenales reunidos en cónclave han alcanzado un acuerdo sobre el sucesor de Francisco.

Fuente: elaboración propia
Los papas predecesores, cada uno a su manera, han dejado una huella significativa en la comunidad religiosa. Según Gómez, “no hay un Papa mejor que otro, cada uno aporta lo suyo”. Además, considera que, aunque Benedicto XVI fue muy distinto a Francisco, su legado teológico ha sido clave para el pontificado actual, del mismo modo que el de Juan Pablo II, con estilos diferentes, también dejó una huella esencial.
Otra de las preguntas que se ha repetido estos días es qué desean los fieles del sucesor de Francisco. “Espero que sea un hombre de Dios y que nos acompañe y dé mucha luz a este mundo, que le hace mucha falta”, señala el obispo Ros. Por su parte, Gómez asegura que no espera nada en concreto, ya que cree que “el Papa, sea quien sea, debe tejer la figura de Cristo y acercarla al pueblo”. Esta visión es compartida por otros creyentes también.
Los jóvenes, por su parte, miran al futuro con esperanza pero también con sentido crítico. «Francisco ha puesto el listón muy alto. Esperamos que el nuevo Papa continúe ese camino de cercanía, de atención a los problemas reales», dice Ramírez .
En medio de estas diversas expectativas, la Iglesia permanece en espera de lo que será el inicio de una nueva etapa para el catolicismo mundial.