La vida sigue igual en el Cabildo
«Nada ha cambiado», denuncian unos vecinos que ven cómo este histórico barrio se degrada mientras alertan sobre un proceso de «gentrificación especulativa».
Pasan los años y, a pesar de ser un barrio histórico situado en pleno centro de Santander, el Cabildo de Arriba acumula décadas de abandono e iniciativas de regeneración vacías. Ahora, la propuesta del Ayuntamiento de ceder los solares a manos privadas y comprar edificios para crear viviendas de alquiler asequible divide a vecinos y oposición, quienes denuncian «dejadez y falta de ambición», fruto de un PGOU que lleva caducado desde su anulación en 2016.
Mientras tanto, el abandono continúa y se teme que pueda repetirse el trágico suceso de 2007, cuando el derrumbe de un edificio en mal estado, en el que se realizaban obras ilegales, acabó con la vida de tres vecinos.
Basta con dar un paseo por el Cabildo para percatarse del estado de abandono evidente: grafitis, solares vacíos, pisos okupados y problemas de salubridad. Este medio comienza su recorrido en la Cuesta del Hospital, que junto a la calle Garmendia es uno de los accesos al barrio. En el bar La Enmienda, uno de los pocos locales que quedan abiertos, se encuentra Chema Solórzano, ex portavoz de la disuelta Asociación de Vecinos.
Con aire nostálgico, Chema recuerda los años del movimiento vecinal que comenzó hace dos décadas. «Había voluntad de luchar por nuestro barrio», pero tras el derrumbe de 2007, «se fue perdiendo la esperanza por el creciente abandono del Ayuntamiento», denuncia. Aunque crítico con la falta de ayudas del consistorio, afirma que no ha perdido la fe y quiere reactivar algún movimiento vecinal, aunque percibe en los vecinos un agotamiento por tantos años de parálisis. «Quizás deberíamos crear una web y hacer difusión en redes sociales para llegar a la mayor cantidad de gente posible».
Según él, la situación se debe a intereses especulativos por parte del Ayuntamiento y del Grupo Empresarial Anjoca, de origen gallego. «Están esperando a que el Cabildo se degrade por completo. Nos quieren echar del barrio para hacer sus viviendas de lujo», asegura. En su opinión, la afirmación del Ayuntamiento de que no puede acometer grandes actuaciones hasta que haya un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (el actual data de 1997) es solo una excusa. «El Ayuntamiento tiene todas las herramientas legales para intervenir», afirma, criticando que «se rehabiliten fachadas con sorprendente celeridad en otras zonas como el Paseo Pereda, mientras aquí nos dejan en el olvido».

«Había voluntad de luchar por nuestro barrio, pero tras el derrumbe de 2007, se fue perdiendo la esperanza por el creciente abandono del Ayuntamiento»
El consistorio ha optado por comprar pisos para rehabilitarlos y ofrecerlos en alquiler asequible. Los números 9, 11 y 13 de la calle Alta han sido cedidos a Gesvican, empresa del Gobierno de Cantabria, para su demolición y la construcción de 40 viviendas sociales. No obstante, según fuentes municipales, aunque el derribo es inminente, aún no hay fecha para la construcción.
Según declara el Ayuntamiento por medio de José Antonio Gómez, gerente de la Sociedad de Vivienda y Suelo (SVS), «no estamos fomentando ninguna especulación, sino solucionando el problema de la vivienda con opciones de alquiler asequible en pleno centro de la ciudad y apoyando la iniciativa privada de Anjoca para la construcción de equipamientos». Sin embargo, Chema no comparte esta visión: «Llevan años intentando meter mano hasta que lo consigan».
«No estamos fomentando ninguna especulación, sino solucionando el problema de la vivienda»
La opinión de los vecinos
Marisa, otra vecina del Cabildo de toda la vida, celebra el éxito de algunos locales comerciales que han sabido reinventarse, abriendo salas de exposiciones o locales de ocio. Sin embargo, coincide en la percepción de abandono: «Es una pena», lamenta.
Tras la conversación en el bar, La Voz del Norte acompaña a Chema hasta un apartamento de uso turístico que posee con unas vistas espectaculares a la Bahía. Defiende esta actividad a pesar de la venta de inmuebles ruinosos en la calle San Pedro por parte de Tecnocasa, con intención de que los compradores los conviertan en alojamientos turísticos. «Yo tengo licencia y todo en orden, así debería ser siempre».

Continuando el recorrido por las calles Limón y Garmendia, se observa una gran cantidad de apartamentos turísticos, muchos de reciente creación. Más adelante, encontramos a Emilio, un vecino de 82 años, que observa con interés los andamios de las obras de rehabilitación en el Convento de las Clarisas, que se transformará en un centro cívico, junto a un moderno edificio de 66 VPO levantado hace un par de años. Este vecino celebra que se hagan éstas actuaciones pero considera que «es más urgente actuar sobre algunos edificios que se caen a trozos y resultan un peligro para los viandantes”, afirma señalando un edificio con restos de desprendimientos.

En la zona también se aprecia la que fue sede de la asociación vecinal, hoy un bajo abandonado, vallado e inaccesible por la vegetación.
Tras despedirnos, este diario visita uno de los pocos comercios que allí resisten el paso del tiempo: la tienda de alimentación de Gisella, que dejó su Bolivia natal hace una década para asentarse en el barrio y abrir una pequeña tienda de alimentación junto a los Juzgados. Comenta resignada: «Estoy sobreviviendo a duras penas, como ves, está todo muy muerto». «Ya solo queda gente mayor y los pocos jóvenes que vienen lo primero que preguntan es cuándo se va a hacer algo bueno». Y afirma resignada que «si la situación no mejora en los próximos años, “no me quedará otra que cerrar».
«Sobrevivo a duras penas, si la situación no mejora tendré que cerrar mi comercio»

Medidas de la oposición
Mientras tanto, los grupos de oposición a la mayoría absoluta del Partido Popular en el Ayuntamiento coinciden en que la situación es de emergencia. Reclaman la convocatoria de una Comisión Mixta, creada tras la tragedia de 2007 y conformada por vecinos, Ayuntamiento, Gobierno regional y Ministerio, que no se ha reunido desde marzo de 2023.
Laura Velasco, portavoz de VOX, exige su «convocatoria urgente», junto con un plan ambicioso que «dote al barrio de vivienda social y libre, además de aparcamiento», otra reclamación histórica de los vecinos. El PRC denuncia que «a la alcaldesa se le llena la boca hablando de la necesidad de actuar, pero la realidad es que la degradación es extrema»motivada por la “dejadez e inoperancia” de los diferentes equipos de gobierno del Partido Popular que según ellos “ llevan más de veinte años dejando caer uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad”.
Por su parte, Keruin Martínez, portavoz de IU, critica el «proyecto especulativo y gentrificador del PP» y considera insuficiente construir un par de bloques en los solares vacíos. «Se debe diseñar un plan de actuación realista que integre al barrio con la ciudad», afirma. Además, advierte sobre supuestas «prácticas dudosas de Anjoca», que a su juicio «deberían investigarse en profundidad».
«Reclamamos la convocatoria de la Comisión Mixta y la recuperación inmediata de este barrio histórico»
Futuro incierto
Con el inminente derribo de los dos inmuebles de la calle Alta, los solares vacíos igualarán en número a los bloques en pie en el Cabildo: 29 a 29. Ante la ausencia de un nuevo PGOU y una serie de medidas “fallidas” de regeneración parcial como el ARI, los vecinos ven con resignación cómo su barrio de toda la vida se desvanece.
