El transporte público, gran olvidado en Cantabria
Muchos ciudadanos de Santander dependen del transporte público para moverse por la ciudad y la falta de frecuencia, puntualidad y cobertura adecuada del servicio de autobuses urbanos es preocupante.
En una ciudad que aspira a ser moderna, sostenible y cercana a sus habitantes, sorprende que las líneas de autobús sigan funcionando con horarios que muchas veces no se ajustan a las necesidades reales de quienes trabajan, estudian o simplemente se quieren desplazar sin recurrir al coche. En determinadas franjas horarias —especialmente los fines de semana o por la tarde— la espera supera fácilmente los 30 minutos
Es urgente replantear el modelo de transporte urbano, reforzar las frecuencias, adaptar los recorridos a la realidad social y promover un sistema más accesible, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida. La transición hacia una ciudad más sostenible empieza por dotar de dignidad y eficacia al transporte público.