Descontento con los retrasos de Renfe en Santander
Llevo varias semanas utilizando el servicio de trenes de Renfe en la ruta Cabezón de la Sal-Santander, y cada vez me resulta más difícil entender cómo una empresa con tanto peso en el transporte público puede permitir últimamente tantos retrasos. En el último mes, los trenes han llegado con retrasos constantes, incluso superando los 20 minutos en varias ocasiones, sin que los usuarios recibamos una explicación clara de los motivos. Este incumplimiento de los horarios no solo afecta a quienes dependemos del tren para desplazarnos por trabajo, sino también a aquellos que lo utilizamos por motivos personales o recreativos. La falta de puntualidad se traduce en un malestar generalizado, especialmente cuando se trata de compromisos o actividades que no pueden ser reprogramadas fácilmente.
Lo más frustrante es la ausencia de comunicación. En la mayoría de los casos, por no decir siempre, los retrasos no se notifican de forma oficial, dejando a los pasajeros en una total incertidumbre. Esta situación no solo genera desconcierto, sino que también mina la confianza de los usuarios en un servicio público que, en teoría, debe ser fiable. Exijo que Renfe asuma la responsabilidad de estos retrasos y se comprometa a mejorar la puntualidad y la transparencia en su comunicación con los pasajeros. Los usuarios merecemos un servicio que cumpla con los estándares de calidad que, lamentablemente, hoy en día estamos lejos de ver.