Cantabria, a la cola del AVE: una promesa eterna sin cumplir
Desde hace años, los cántabros escuchan promesas sobre la llegada del AVE a la región, un proyecto que se ha convertido en un auténtico laberinto de retrasos, excusas y olvido institucional. Mientras otras regiones disfrutan de conexiones ferroviarias modernas y eficientes, Cantabria sigue atrapada en un sistema de infraestructuras anticuado, con tiempos de viaje interminables y sin una fecha clara para la llegada de la alta velocidad.
El trayecto en tren entre Santander y Madrid sigue siendo desesperadamente lento, con tiempos que rondan las cuatro horas y media, muy lejos de lo que se espera de una conexión ferroviaria moderna. Mientras tanto, otras comunidades han visto cómo sus proyectos de AVE avanzan a buen ritmo, mejorando su competitividad y calidad de vida. ¿Por qué Cantabria sigue relegada al último puesto en materia de infraestructuras?
Este déficit en el transporte no solo afecta a los ciudadanos que necesitan desplazarse por motivos laborales o personales, sino que también lastra el desarrollo económico de la región. Empresas, inversores y turistas optan por otros destinos mejor conectados, lo que perjudica el crecimiento de Cantabria y frena la generación de empleo.