Los mayores de Cantabria se quedan atrás en la carrera digital
En una época en la que las sucursales de los bancos, los trámites de administraciones gubernamentales, la relación con el médico, entre otras gestiones indispensables, han ido migrando progresivamente al mundo virtual, la brecha digital se yergue como uno de los principales obstáculos en busca de sociedades inclusivas e igualitarias. En Cantabria, este fenómeno afecta principalmente a las personas mayores, un grupo social que, ante los incesantes y agresivos cambios hacia un mundo marcado por el uso de internet, queda muchas veces rezagado en la transición.
Según datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane), el 24,9 % de la población cántabra tiene más de 65 años: miles de personas para quienes la digitalización representa más un reto que una oportunidad. El caso de Pilar y Carlos es bastante común. Tienen 76 y 77 años respectivamente, y cada semana esperan ansiosamente las visitas de sus dos hijos, las cuales aprovechan para que les ayuden a resolver todas sus dudas tecnológicas. Pilar y Carlos son solo un ejemplo de una realidad generalizada: mayores que no cuentan con las habilidades mínimas necesarias para desenvolverse con autonomía en entornos digitales, y que, si no fuera por el apoyo de sus hijos, nietos u otras personas cercanas, quedarían prácticamente desconectados del mundo hiper-tecnologizado que les rodea.
A pesar de ciertos avances, Cantabria continúa por debajo de la media nacional en el uso de las tecnologías digitales entre la población de más edad. En 2024, un 66,7 % de los cántabros de entre 65 y 75 años utilizó internet al menos una vez por semana, una mejora notable respecto al 50,9 % registrado en 2020, pero aún lejos del 79,9 % que marca la media estatal, según datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si se amplía la mirada al uso general de internet en los últimos tres meses, la diferencia disminuye: el 76,6 % de los mayores cántabros afirma haber navegado en ese período, frente al 82,5 % en el conjunto de España.
Donde la brecha se evidencia con mayor claridad es en el ámbito del comercio electrónico. Solo el 27,1 % de los cántabros de entre 65 y 75 años realizó una compra por internet en los últimos tres meses, una cifra que, si bien supera ligeramente la media nacional (26,8 %), sigue siendo baja para una sociedad que avanza a pasos acelerados hacia la digitalización en muchos aspectos de la vida cotidiana.
Tabla: uso de internet en la población entre 65 y 75 años (INE e ICANE)
Han usado Internet en los últimos 3 meses | Han usado Internet semanalmente (al menos una vez a la semana) | Han comprado en internet en los últimos 3 meses | |
Cantabria | 76,6% | 66,7% | 27,1% |
España | 82,5% | 79,9% | 26,8% |
La tecnología: entre el rechazo, la necesidad y la curiosidad
Los testimonios recabados evidencian la complejidad de la relación de las personas mayores con el mundo digital. Mercedes, de 71 años, resume la situación con una honestidad desarmante: “Después de haber vivido tanto durante mi vida, en esto de la tecnología no se nada, me considero analfabeta”. En la misma línea va Pilar, que dice: “Es complicado para nosotros ya”… “Mi esposo y yo usamos internet solo para cosas puntuales como buscar algunas informaciones”.
«Es complicado para nosotros ya»
-Pilar, 76 años.
Sin embargo, no todos comparten una visión de rechazo total. Yolanda, de 65 años, cuenta que ella usa internet alrededor de dos veces a la semana, aunque admite que: “La tecnología es muy complicada”, pero también manifiesta su deseo de mejorar: “No se ofrece ningún curso para aprender a utilizarla” y “me encantaría asistir a cursos para entender mejor, porque cada vez más todo va con tecnología, entonces necesitas saber cómo se maneja”. En contraste, Maria Luisa, de 76 años, accede a internet de forma más habitual, asegurando que utiliza internet todas las noches desde su tablet y que le gusta internet porque “meto cosas en Facebook y para usar Whatsapp”, aunque prefiere hacer todas sus gestiones “de tú a tú”.
Pero hay casos que van más allá del simple interés. Cintia, de 71 años, ha incorporado la tecnología a su vida cotidiana con naturalidad: “Yo uso inteligencia artificial, tengo un asistente virtual que se llama Paco”, cuenta. “Le hago preguntas para enterarme de lo que pasa por el mundo, o simplemente dudas que tengo” –mientras se explica, Cintia saca su teléfono y abre una aplicación de inteligencia artificial para mostrar su historial de usos–. También domina herramientas tecnológicas como si de una nativa digital se tratase: “Yo sé hacer bizum, sé pagar con el teléfono, tengo mi historial médico en el móvil y tengo TikTok”. Ella atribuye su soltura a la ayuda familiar: “Mi nuero me lo enseñó todo”.
«Yo sé hacer bizum, sé pagar con el teléfono, tengo mi historial médico en el móvil y tengo TikTok»
-Cintia, 71 años.
Por otro lado, voces como la de Elvira, de 83 años, evidencian un rechazo rotundo: “Yo ni idea de internet y no voy a aprender, porque no me gusta. A mí me gusta hablar con las personas” y “no le encuentro utilidades a la tecnología”, mientras que Carlos, de 68 años, admite que: “Mi relación con la lo digital en general es un poco desastre” y que “no me interesa aprender a usar internet, no tengo mucha necesidad de hacerlo, estoy bien como estoy”.
«Yo ni idea de internet y no voy a aprender, porque no me gusta. A mí me gusta hablar con las personas.»
-Elvira, 83 años.
La brecha digital en los mayores: prejuicios, abandono institucional y una transición hostil
Paco Gómez Nadal, coordinador general de la Universidad Permanente de Cantabria (Unate) afirma que “las personas mayores tienen las mismas dificultades que el resto para incluirse tecnológicamente” –exceptuando a los nativos digitales–, y explica que esta brecha tan notoria se debe a varios factores. El primero es la narrativa prejuiciosa que existe sobre que por el solo hecho de ser mayor, se tienen más problemas para acceder al mundo en línea. Un discurso que, según comenta, “los mayores se creen y lo aplican”. Otro factor clave es la transición digital “desordenada, de poca calidad y hostil con los seres humanos”.
«Las personas mayores tienen las mismas dificultades que el resto para incluirse tecnológicamente.»
-Gómez Nadal, coordinador de Unate.
Por otra parte, las instituciones públicas, que deberían ser fundamentales en esta transición, “están jugando un papel desastroso”. «En España no hay una política de inclusión para personas mayores, por lo tanto no cuentan con la formación, la atención ni el acompañamiento necesario para iniciarse en el mundo virtual. Existe una auténtica dejación de funciones por parte de la administración pública y por parte del sistema educativo, ya que directamente no están incluidas las personas mayores”, resalta Gómez Nadal, y añade que en este escenario las personas mayores dependen de entidades como Unate o experiencias puntuales de iniciativas privadas para alfabetizarse digitalmente.
«Existe una auténtica dejación de funciones por parte de la administración pública y por parte del sistema educativo, ya que directamente no están incluidas las personas mayores»
-Gómez Nadal, coordinador de Unate.
La percepción acerca del mundo digital en los mayores es variada. De acuerdo con el coordinador de Unate, la gran mayoría de personas de la tercera edad que buscan acercarse al mundo digital, lo hacen porque se ven forzados a hacerlo, pero en realidad no es algo en lo que les interesa invertir su tiempo.
Iniciativas desde el Gobierno
En respuesta a la creciente preocupación por la exclusión digital de las personas mayores la Consejería de Innovación, Industria, Transporte y Comercio, ha emitido un comunicado oficial publicado en cantabria.es, en el que afirma que el Gobierno de Cantabria ha implementado diversas iniciativas para abordar la brecha digital entre las personas mayores, subrayando la urgencia de adaptarse a un entorno cada vez más digitalizado. Además, se destaca la aprobación de ayudas por valor de casi 4 millones de euros para proyectos de interés social, dirigidas a colectivos vulnerables, entre ellos los mayores.
Dentro del marco del Plan Next Generation, la plataforma “Palanca 7” detalla actuaciones específicas para fomentar la transformación digital en la región, destacando la capacitación y el acompañamiento a aquellos que históricamente han quedado rezagados en el uso de las TIC.
Por otro lado, un comunicado del Gobierno de Cantabria resalta que “se está trabajando en el desarrollo de políticas que faciliten el acceso a las tecnologías de la información, reforzando la formación y el acompañamiento para los mayores”, lo que subraya la necesidad de integrar a este colectivo en la sociedad digital.