Cantabria activó 117 protocolos de acoso escolar en el curso anterior
El bullying es un comportamiento agresivo e intencionado que se repite a lo largo del tiempo en una relación de poder desigual, en el que una persona o grupo acosa, intimida o agrede física, verbal o psicológicamente a otra persona. Normalmente este concepto se asocia al ámbito escolar, mediante comportamientos violentos originados por el alumnado hacia otros.
Las conductas presentes en las personas que sufren bullying están reflejando muchas semejanzas, así como los comportamientos; lo que implica un peligro ante las conductas de uno mismo como las autolesiones o los intentos de suicidio. Esta problemática ha sido objeto de multitud de investigaciones ligadas al desarrollo de las tecnologías, dando lugar al ciberacoso. La presencia de adolescentes en las redes sociales amplifica este fenómeno, haciendo más intensa la exposición al bullying y, en muchas ocasiones, incrementando el aislamiento social de las víctimas.
Cantabria mantiene un entorno escolar caracterizado por una convivencia positiva, y los casos de acoso confirmados en el curso 2023-2024 han disminuido respecto al periodo anterior.
Según el informe de la Unidad Técnica de Equidad Educativa y Convivencia de la Consejería de Educación, en el pasado curso se activaron 117 protocolos de acoso escolar (54 en alumnos y 63 en alumnas), una reducción en comparación con los 146 casos del curso 2022-2023. La mayor parte de estos protocolos se aplicaron en Secundaria (68), especialmente en 2º curso. Le siguen Primaria (37), con mayor incidencia en 5º y 6º, Formación Profesional (9) y Bachillerato (3).
Izara Retorta, quién sufrió acoso durante dos años en los cursos de cuarto y quinto de primaria. Esto le ocurría todos los días durante el horario escolar por parte de sus compañeros y grupo de amigas, quienes llegaron a hacer pintadas en las paredes del instituto con su nombre además del rechazo que sufría diariamente.
El consejero de Educación, Sergio Silva, ha resaltado que estos datos confirman el buen clima de convivencia en los centros educativos de Cantabria. No obstante, ha instado a la comunidad educativa a mantenerse vigilante para conservar esta tendencia.
En cuanto a la disciplina escolar, durante el curso 2023-2024 se abrieron 159 procedimientos disciplinarios ordinarios, afectando a 119 alumnos y 40 alumnas. Silva ha aclarado que estas cifras representan menos del 0,2% de la población docente y estudiantil, por lo que no afectan a la percepción general de estabilidad en las aulas.
Por otro lado, el número de expedientes disciplinarios ha aumentado de 142 a 159, y los casos de violencia hacia profesionales educativos han pasado de 7 a 15.
En relación con la prohibición de dispositivos móviles en las aulas, Silva la considera una medida clave para fomentar la convivencia, al limitar el acoso escolar a través de redes sociales
IZARA RETORTA
“Realmente siendo tan pequeña no eres 100% consciente de la situación por la que estás pasando y no nunca lo fui.” Este es el testimonio de una joven de 20 años, quién al principio se auto culpaba de lo que estaba sufriendo, pensando que ella era el problema. Tardó varios meses en encontrar ayuda y su madre intentó poner solución hablando con los responsables del centro educativo. Para su sorpresa, tanto profesores como directiva dieron la espalda al problema afirmando que ellos no habían sido conscientes de la situación.
Las consecuencias que sufrieron los agresores fueron mínimas: “Su único castigo fue borrar las pintadas y por parte de los padres la única que recibió consecuencias fue la persona que lo había iniciado todo, quedarse sin ir a un cumpleaños y los demás padres tomaron la decisión de que sus hijos solo estaban jugando o de broma”.
A pesar de esos años de oscuridad, Izara, encontró apoyo en un único compañero que no participó en ese acoso, quién dió la cara por ella cuando todos intentan minimizar el problema.
PROTOCOLO CANTABRIA
Cantabria dispone de un protocolo de actuación ante posibles casos de acoso en centros educativos, elaborado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte en abril de 2018. Su objetivo es proporcionar un procedimiento eficaz para la detección, investigación y resolución de casos escolares y ciberacoso.
Cualquier miembro de la comunidad educativa puede denunciar un caso de posible acoso, teniendo la obligación de informar al equipo directivo. Este activará un Equipo de Valoración para investigar el caso mediante entrevistas a la víctima, posibles testigos y sus respectivas familias.
En caso de que se confirme el caso, las familias de los implicados serán las primeras en ser informadas por la Inspección Educativa y Unidad de Convivencia. Posteriormente, se aplicarán las medidas disciplinarias para los agresores y de protección para la víctima, con posible derivación a la Fiscalía de Menores o Servicios Sociales si es necesario.
El protocolo ofrece una última medida basada en la protección de la víctima así como el apoyo emocional; y por otra parte, trabajo con el agresor para corregir su conducta.
PROGRAMAS DE LUCHA CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
“Valientes” es la última novedad en lo que en este caso respecta. Consiste en una metodología para prevenir el acoso escolar y ciberacoso que alerta a los centros educativos de cualquier posible situación de bullying, por mínima que sea la sospecha. Se trata de una solución digital que recopila datos del alumnado entre 12 y 18 años, a través de cuestionarios y test psicológicos, pedagógicos y psicoeducativos.
En total, Sergio Silva ha confirmado que los presupuestos de Cantabria para 2025 recogen partidas por valor de 50.000 euros para desarrollar estos programas.