Las dos caras del running
No hay más que salir una tarde a la calle para verlos. Algunos corren en solitario, otros con amigos, otros en pareja o incluso en grupos. Llevan ropa profesional, los mejores relojes inteligentes y zapatillas que rozan los doscientos euros. Algunos lo hacen por salud, otros por estética y otros incluso por moda. La verdad es que el running ha dejado de ser un deporte minoritario para convertirse en una actividad de masas. Pero, ¿Qué hay detrás de esta moda de correr ¿Es tan saludable como parece? ¿Qué riesgos implica? ¿Por qué engancha tanto?
Pablo Marín, que tiene veintitrés años, es uno de los jóvenes que se han dejado seducir por el mundo del running. Su motivación fue sencilla y él mismo ha sido claro: “La motivación vino por un amigo, me incitó a ello y es que, no hay mayor motivación. Además, ya salía a correr desde hace muchos años y era algo que me gustaba hacer”. Al igual que Paula del Barrio, también de veintitrés años, que comenzó animada por su pareja: “Empecé a correr por probar algo nuevo con mi novio, él ya corría de antes, pero se ha convertido en mi espacio para desconectar del trabajo y del día a día”.
La historia de ambos refleja bien el fenómeno actual: el running es accesible, no requiere gran equipamiento y se adapta a cualquier horario. “El salir a correr como tal, no es una actividad que te lleve mucho tiempo”, afirma Pablo. “Compaginarlo con los estudios no es algo muy complicado, no te quita mucho tiempo académico, por así decirlo”, dice.
Más allá de lo práctico, se encuentra el efecto emocional. Paula lo resume así: “Después de correr siento que me he reseteado”. Su testimonio coincide con el del médico, Paco Margallo, que destaca los beneficios psíquicos de este deporte: “Lo que genera unas endorfinas, a nivel cerebral, que mejoran”. En lo físico, también hace hincapié: “Mejora la movilidad del cuerpo, la estabilidad articular y muscular, y una mejor distribución y consumo del azúcar”.
Pero a pesar de ello, esta cara positiva tiene su reverso. La popularidad del running ha traído consigo una serie de riesgos que no siempre se visibilizan. El mismo doctor, Paco, advierte: “Pretender alcanzar objetivos mayores de los que están preparados a realizar (…) lleva a lesiones físicas o psíquicas”. En su experiencia, muchas personas se lanzan a correr sin una preparación adecuada ni asesoramiento profesional. Es justo lo que hizo Pablo: “La verdad es que no tuve ninguna asesoría física ni médica. Yo entrenaba como me sentía: algunos días metía más caña, otros menos”.
Correr no siempre significa salud
La enfermera, Lola Castillo, lo ve con frecuencia en el hospital Sierrallana, donde trabaja: “Sobre todo cuando hay maratones o campeonatos así, si”, responde cuando se le pregunta si llegan runners lesionados. Y, ¿Cuáles son los más habituales? “Esguinces, muchísimos, muñecas abiertas… La gente se cae. Cuando son maratones por asfalto (…) también heridas en las rodillas, en las manos… También hay muchos problemas de rodilla, la gente hace sobreesfuerxos e igual ese día de la maratón no, pero días siguientes aparece”.
No se trata de alarmar a la ciudadanía, sino de informar y concienciar. Lola subraya la falta de educación sanitaria: “Hoy en día la gente hace más caso a TikTok o a una runner que igual lleva corriendo cinco años y se hace cinco kilómetros o diez en pocos minutos. Entonces, tú no te puedes comparar”. En este punto, también hace hincapié en la necesidad de personalizar la preparación: “No es lo mismo una persona que quiere empezar poco a poco y sin prisa a una persona que quiere hacer una maratón”.
A sus cincuenta años, Luis Félix Martínez es la otra cara de la moneda. Lleva corriendo desde 1993, de forma profesional. Además, conoce bien todos los aspectos, tanto positivos como negativos, de este deporte. “En el año que yo empecé, en el 93, hasta los días de hoy, todo ha cambiado: en la alimentación, en ropa, en cómo se entrena, en cómo se organizan las carreras”. Luis habla desde la experiencia: “El error que yo veo de los jóvenes es que lo quieren todo ya, y todo tiene unas pautas y evolución que hay que llevar”.
También señala algo esencial dentro de este deporte: el cuidado. “Lo mismo que hay que entrenar, el descanso es otro entrenamiento muy importante”, explica. “Ir de vez en cuando al masajista para hacer una descarga y quitarte toda esa tensión que tu cuerpo genera durante los entrenamientos es muy importante”. En resumen: “Todo eso es muy importante a la hora de tener un rendimiento óptimo, quien lo hace, evitará tener muchas lesiones”.
Y es que el cuerpo tiene sus límites. El doctor Margallo lo deja claro: “Una pérdida de conocimiento o una taquicardia, o una aceleración excesiva del corazón […] creo que serían las señales de alerta más importantes. No son muchos los casos graves, pero sí existen. “Hay personas que tienen una patología congénita que a lo mejor en su vida normal no les produce ninguna alteración, pero al hacer un sobreesfuerzo, el corazón puede fracasar”, advierte.
Aun así, la mayoría de runners se acercan al deporte de forma amateur. Paula, por ejemplo, organiza su alimentación y descanso, sobre todo, previo a las carreras: “Intentaba comer bien, cenar pronto y dormir al menos siete horas. Me centro mucho en la hidratación y las cargas de carbohidratos antes de las carreras”. No sigue un plan estricto, pero ha adquirido hábitos que le permiten disfrutar sin renunciar al buen rendimiento.
Eso sí, incluso para quienes empezar a correr es un simple hobby, existen momentos de presión. Paula lo admite: “Empiezas solo por pasarlo bien, pero luego te picas contigo misma. En las semanas previas a las maratones me obsesionaba un poco con mejorar tiempos […] Con el tiempo he aprendido a soltar eso”. Existe una delgada línea entre el reto personal y la autoexigencia, muchos runners jóvenes no logran distinguirla a tiempo”.

Lo que empezó siendo una alternativa más barata y sencilla al gimnasio, hoy es un deporte rodeado de calendarios, eventos, ropa, equipamientos y millones de seguidores. Para Pablo, correr una gran carrera como la Rock ‘n’ Roll Madrid Marathon, ha sido revelador: “Yo nunca había hecho una carrera hasta esta última que hice en Madrid. Yo siempre salía a correr con música, a mi aire […] y salir a correr con tanta gente que se preocupa por ti […] te preguntaban que cómo ibas, que si necesitabas algo […] corrías por Gran Vía un domingo con todo Madrid paralizado y la gente apoyando”. Tras haber vivido esa experiencia, lo tiene claro: “Estoy cien por cien convencido de que voy a hacer más”.
Ese componente emocional y social engancha a los deportistas. Correr se ha convertido, en cierto modo, en una nueva forma de estar en el mundo. Lola cree que va mucho más allá del deporte: “Más que presión social, creo que es moda […] Creo que está generando una presión social, que si no eres runner eres peor deportista…”. Además, añade un matiz clave: “No todo el mundo puede seguir estos ritmos”.
Por consiguiente, también hay una cuestión estética. Redes sociales, influencers, marcas de ropa… todo ello promueve cuerpos normativos y hábitos extremos, muchas veces sin el respaldo de verdaderos profesionales. Paula, habiéndolo experimentado, habla de ello: “En redes también sigo a algunas chicas que comparten sus entrenamientos y consejos, y te inspiran muchísimo”.
En este contexto, la voz de los profesionales es clara: hace falta más educación deportiva e información. Lola recomienda pruebas básicas antes de iniciarse: “Sobre todo pruebas cardiovasculares, un electro en reposo y un electro en actividad”. Y sobre todo, pide realismo: “No tienes porqué estar controlado por ningún especialista, pero simplemente ser realista y sensato”.
El running es, en definitiva, una excelente vía para mejorar tanto la salud física como la mental, conectar con uno mismo y con los demás, y adquirir una rutina de ejercicio sostenida y saludable. Pero como todo deporte en auge, también exige información, prudencia y conocimiento. Correr también es saber parar a tiempo.