Torrelavega baja la persiana
Hay que dar un paseo por el centro de Torrelavega, no hace falta más, para darse cuenta del estado en el que se encuentra el comercio de la ciudad. Comercios cerrados en cada esquina, ya puede ser en la plaza roja o en calles principales como Consolación. Según datos del ayuntamiento, uno de cada cuatro locales del centro está cerrado. Hace ya algo más de tres años de la decisión de Inditex de cerrar Zara y el local, lejos de haberse vendido o alquilado para crear un nuevo negocio, se encuentra empapelado con carteles publicitarios que cubren una pared en la que el ayuntamiento -en un arrebato de ironía involuntario- ha decidido colocar el siguiente mensaje: ‘‘Comercio Torrelavega’’. A este cierre le acompañaron otros de la misma compañía como fueron los de Pull&Bear, Bershka o, el pasado mes de abril, Stradivarius. La vitalidad de la ciudad, en cambio, sigue intacta. Las calles antes mencionadas siguen contando con los mismos bares de siempre y, un miércoles de mayo a las 12 del mediodía, la mayoría de sus terrazas se encuentran prácticamente llenas.
Es difícil encontrar la razón por la que el comercio torrelaveguense se encuentra en esta situación, pero existen varios factores. La situación industrial y el cierre de grandes empresas en la zona han generado una pérdida en el poder adquisitivo de las familias que viven en la ciudad. Si no hay dinero, la gente no compra. Además, el cierre tanto de grandes como de pequeños comercios siempre genera una espiral y los cierres se contagian. También es evidente que que las tiendas de Inditex atraían un gran público a la ciudad y eso repercutía en las demás tiendas de la zona.
Una de las principales asociaciones que vela por los intereses de los comerciantes es Coercan (Federación del Comercio de Cantabria), en la cuál está integrada Comvega (Asociación de Comerciantes de Torrelavega). Su secretario general, Gonzalo Cayón, ve el principal problema en el cierre de las grandes empresas y la situación económica actual de la ciudad, pero también cree que el precio del alquiler de los locales -en esta zona pueden irse a los 2.000 o 2.500 euros- es un problema para que los comercios salgan adelante y muchos acaban cerrando en apenas ocho o diez meses. Desde Coercan señalan además la situación del Ayuntamiento de Torrelavega, que no cuenta con un departamento específico destinado al comercio, lo que hace que todas las gestiones tenga que asumirlas la concejala de Turismo, Comercio, Ferias y Mercados. Gonzalo Cayón señala que en municipios de igual o menor tamaño que Torrelavega es común ver una o dos personas trabajando directamente para el departamento de comercio y pide que el ayuntamiento actúe en consecuencia de la situación actual. Además, entre sus propuestas, piden al ayuntamiento ayudas a las asociaciones para campañas de dinamización comercial como las que ofrece el Gobierno de Cantabria.
Otra de las asociaciones que ha ganado fuerza en los últimos años es Emtorre (Empresarios de Torrelavega), que nació hace cuatro años como un chat de Whatsapp para solucionar los problemas de los comerciantes causados por la situación de inestabilidad en la pandemia. Actualmente forman parte de esta iniciativa 312 empresarios asociados del comercio y la hostelería. Julían Crespo, presidente de la asociación, piensa que a Torrelavega no le beneficia la mala propaganda que se ha hecho de la ciudad en los últimos años y que hay que dejar de repetir que el comercio de la ciudad pasa por un mal momento. Creen que el cierre de Zara fue un gran golpe por la cantidad de personas que atraía a la ciudad, pero no lo ve como una consecuencia de la situación económica de la ciudad sino como una decisión empresarial. También hace referencia a la autocrítica cuando habla de los jóvenes y la cultura actual de las compras por Internet. Desde Emtorre señalan también cosas positivas como la construcción de dos aparcamientos públicos gratuitos en el centro de la ciudad, uno de cuatro plantas con 140 aparcamientos en cada planta y otro, entre el mercado de ganados y la estación de autobuses, de 221 plazas. Otro de los grandes problemas que ven desde la asociación es el de la limpieza y la seguridad en la ciudad, en la que han aumentado los altercados en los últimos años.
Zona de bajas emisiones
La zona de bajas emisiones que la normativa europea obliga a implementar a las ciudades con más de 50.000 habitantes ha sido recibida por los comerciantes como un riesgo para la pérdida de clientes. En Torrelavega existe la plataforma Salvar Torrelavega de una ZBE ruinosa. Desde esta plataforma luchan por la eliminación de la zona de bajas emisiones, aunque ellos mismos afirman que todavía no está claro si los impactos de esta medida pueden llegar a ser positivos o negativos para el comercio de la ciudad. Para el secretario general de Coercan, el problema ha sido la falta de información por parte del ayuntamiento que ha derivado en el alarmismo que existe actualmente entre comerciantes y clientes. Afirma, además, que esto no debería influir demasiado en el acceso de clientes a Torrelavega. Desde Emtorre creen que la ciudad debe cumplir con la zona de bajas emisiones al tratarse de una normativa europea y aseguran que la situación no es tan dramática porque casi todos los coches cumplen con esta nueva legislación.