El reto del aparcamiento persiste en el PCTCAN
Cada mañana, cientos de trabajadores del Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN) se enfrentan a la misma incógnita: ¿encontraré sitio para aparcar? Aunque en los últimos años se han habilitado nuevos espacios, las quejas por la falta de plazas continúan. Este problema, recurrente y aún sin solución definitiva, impacta en el bienestar de los empleados y en la percepción general de este núcleo de innovación y desarrollo empresarial en Santander.
El parque, que alberga actualmente a 70 empresas y más de 4.5000 personas, dispone de aproximadamente 1.400 plazas en superficie y un aparcamiento subterráneo con capacidad para 950 vehículos. Sin embargo, estas cifras parecen no ser suficientes para cubrir la creciente demanda. A pesar de que el Ayuntamiento ha habilitado recientemente nuevas plazas en la calle Albert Einstein —165 para coches y 16 para motos—, los usuarios afirman que los problemas persisten, especialmente a partir de media mañana.
1.400 plazas en superficie y un aparcamiento subterráneo con capacidad para 950 vehículos, además de las 181 plazas nuevas no son suficientes
Desde su constitución en diciembre de 2004, el PCTCAN ha experimentado un crecimiento sostenido, consolidándose como un referente en el ámbito de la innovación y el desarrollo tecnológico en Cantabria. El parque ha sido diseñado para atraer y desarrollar empresas e instituciones de base tecnológica que promuevan actividades y proyectos de I+D+i, favoreciendo la interrelación entre ellas y transformando el sector empresarial cántabro hacia la generación de valor .
Entre las empresas instaladas en el PCTCAN destacan multinacionales como Plenitude (filial energética de ENI), Konecta BTO, FHCantabria, Eurofins Ingenasa, Grupo Santander (con centros de datos y servicios), Norvento, así como múltiples startups tecnológicas, centros de investigación y entidades públicas como la Dirección General de Transportes y Comunicaciones, o el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria. Esta diversidad ha convertido al parque en uno de los polos empresariales más activos del norte de España.
Llegar temprano, la única solución efectiva
Francisco José Cabrera, trabajador de Plenitude, explica que solo consigue aparcar sin dificultad si accede al parque entre las 8:00 y las 8:30: “normalmente no tengo problema si llego pronto, pero si lo hago más tarde se complica bastante encontrar sitio. Puedes estar dando vueltas mucho rato”. Aunque él no ha llegado tarde nunca por este motivo, admite que la situación puede generar estrés y que afecta al estado de ánimo de muchos compañeros: “no es la mejor manera de empezar el día, sobre todo si vienes justo de tiempo o si tienes que dejar el coche lejos”.
«Puedes estar dando vueltas mucho rato»
El testimonio coincide con el de otro empleado de la misma empresa, que prefiere mantenerse en el anonimato: “yo nunca tengo problemas porque llego a primera hora, pero si entrara más tarde, estoy seguro de que me costaría encontrar plaza. De hecho, si hubiera más aparcamiento, podría entrar más tarde al trabajo. Es algo que afecta directamente a la organización personal”.
«Si hubiera más aparcamiento, podría entrar más tarde al trabajo»
Ambos trabajadores coinciden en que la solución pasa por habilitar nuevas zonas de estacionamiento. También sugieren controlar el acceso de vehículos ajenos al parque, que actualmente pueden estar ocupando plazas destinadas al personal. “no sé si hay una regulación clara, pero sí parece que hay coches que no son de trabajadores y eso debería limitarse”, apunta Francisco.

Pese a las molestias, ni Francisco ni su compañero han presentado quejas formales ante la administración del parque. “sé que es un tema recurrente entre nosotros, lo comentamos en la oficina, pero no hemos dado el paso de trasladarlo oficialmente”, reconoce él. Esta falta de comunicación entre usuarios y gestores podría estar dificultando la implementación de medidas más eficaces o inmediatas.
Asimismo, el parque cuenta con sistemas de carpooling para fomentar el uso compartido del coche, así como acceso a líneas de autobús urbano, pero estos servicios no siempre se ajustan a las necesidades de los empleados.
Entre la expansión y la saturación
El crecimiento del PCTCAN ha sido constante desde su apertura. Con cada nueva empresa que se instala, la presión sobre las infraestructuras aumenta. Los aparcamientos no son una excepción. Aunque las autoridades locales han respondido en varias ocasiones habilitando nuevas plazas o mejorando el transporte público, el problema no se ha resuelto de forma estructural.
Las cifras del Ministerio de Transportes estiman que cada plaza de aparcamiento en superficie tiene un coste anual de más de 200 euros para la administración, lo que complica aún más la ampliación constante sin medidas complementarias como incentivos al uso del transporte colectivo, bicicletas o el fomento del teletrabajo.
De cara al futuro, la solución no parece sencilla. Ampliar zonas de aparcamiento no siempre es viable por cuestiones de espacio, impacto ambiental o presupuesto. Sin embargo, los testimonios recogidos dejan claro que la situación actual genera incomodidad, estrés e incluso condiciona los horarios laborales. La combinación de medidas —más plazas, control del acceso, promoción del coche compartido— puede ser la única vía eficaz.
Mientras tanto, quienes trabajan en el PCTCAN seguirán ajustando su reloj para llegar un poco antes y evitar la temida “búsqueda de sitio”, una rutina que, a pesar de todo, continúa sin una solución definitiva.