La importancia de una educación emocional desde las aulas
Estimado Director:
Habitamos en una sociedad cada vez más veloz, interconectada y competitiva, donde los niños y adolescentes enfrentan niveles de estrés y presión que antes eran inimaginables. En este marco, se vuelve imperativo reconsiderar la función de la escuela más allá de la mera transmisión de conocimientos académicos. Es momento de conceder a la educación emocional el espacio que merece en el plan de estudios escolar.
Los casos de ansiedad, depresión y problemas interpersonales en adolescentes han crecido significativamente en años recientes. A pesar de que numerosos educadores se esfuerzan notablemente por establecer ambientes de aprendizaje saludables, la ausencia de capacitación pertinente y de recursos apropiados restringe la efectividad de estas iniciativas.
Instruir en emociones no implica ignorar las matemáticas o el idioma, sino guiar a nuestros hijos en la gestión de la frustración, en la expresión respetuosa de sus sentimientos, en el fomento de la empatía y en la colaboración en equipo. Destrezas que, sin lugar a dudas, influyen en su éxito en la vida personal y laboral.
Por todo esto, solicito a las autoridades educativas que den prioridad a la ejecución de programas de educación emocional, con capacitación continua para el docente y recursos efectivos para tratar esta dimensión esencial del desarrollo humano.
La escuela del futuro no puede restringirse a formar para los exámenes; debe formar para la vida.
Atentamente,
Juliana Clein Herrera Bermeo
Santander, 10 de abril de 2025